lunes, mayo 15, 2006

Eutanasia

El enlace del título corresponde al blog del recientemente fallecido Jorge León con su último post...

4 Comments:

At 5/17/2006 1:24 a. m., Blogger Verso said...

No sé si darte las gracias por el enlace, estuve en su blog y sentí una pena infinita por él, que lástima sólo recibió comentarios después de muerto, que desolación ver su blog sin un p. coment y el último llevaba 98, me fuí a dormir con un nudo en el alma, después de leer su blog, no me quedaron ánimos para volver a decirte nada.

Te dejo un abrazo inmenso.

 
At 5/17/2006 4:02 p. m., Blogger marmota said...

Es un testimonio en primera persona que no deja indiferente a nadie . A mi me heló la sangre .

 
At 5/18/2006 4:28 a. m., Anonymous Anónimo said...

Muy sobrecogido por la fuerza con que fue escrito este último texto. Y sobrecogido por toda la felicidad que le desearon en los comentarios, y por su liberación. Es como si vivir fuera un desastre per se. Entiendo lo que le ocurrió a él, pero fue senda. En su texto se aprecia un deseo de vida increíble. No creo que quisiera morir, por lo que no entiendo lo de la liberación y lo de las felicidades. Te cuento, Angie, que recientemente me tocó de cerca otro fallecimiento, y éste fue de un balazo en la boca. Se llamaba Andrés Kishimoto. Un peruano volcado a las causas sociales, pero cayó en una depresión terrible. Estas cosas me sobrecogen. Y fíjate que no son conocidos en persona, pero la blogosfera crea unos lazos sutiles y unos encariñamientos que no son fáciles de entender ni de explicar. Es bueno, de tanto en tanto, un llamado a la reflexión, como el que has hecho con ese enlace. Abrazo.

 
At 5/18/2006 4:28 a. m., Anonymous Anónimo said...

Muy sobrecogido por la fuerza con que fue escrito este último texto. Y sobrecogido por toda la felicidad que le desearon en los comentarios, y por su liberación. Es como si vivir fuera un desastre per se. Entiendo lo que le ocurrió a él, pero fue senda. En su texto se aprecia un deseo de vida increíble. No creo que quisiera morir, por lo que no entiendo lo de la liberación y lo de las felicidades. Te cuento, Angie, que recientemente me tocó de cerca otro fallecimiento, y éste fue de un balazo en la boca. Se llamaba Andrés Kishimoto. Un peruano volcado a las causas sociales, pero cayó en una depresión terrible. Estas cosas me sobrecogen. Y fíjate que no son conocidos en persona, pero la blogosfera crea unos lazos sutiles y unos encariñamientos que no son fáciles de entender ni de explicar. Es bueno, de tanto en tanto, un llamado a la reflexión, como el que has hecho con ese enlace. Abrazo.

 

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