lunes, febrero 06, 2006

Rescate


Conseguí rescatar una historia que escribí hace tiempo , está dedicada a todos los corazones sensibles en general y al de Isabel en particular .

Una historia pequeñita

Nació en la posguerra , sus padres eran muy humildes y carentes de medios económicos , como la mayoría en su entorno . Era el segundo parto y la segunda niña trás nueve años . El profundo sentimiento religioso de su madre y la apatía de su padre ante obispos y avispas , que así los llamaba , convivían en aquellas casas que nunca fueron suyas .
Pasaron los años y las dos hermanas se hicieron mayores , mejor dicho , solo se hizó mayor la primera . La segunda no consiguió tener una cinturita estrecha ni unos rasgos proporcionados en su cara , ni siquiera podía mantener una conversación fluida . Se quedó al lado de su madre para siempre compartiendo días de soledad y aislamiento .
Su hermana se convirtió en madre y estos niños revoloteaban a su alrededor confundiéndose entre ella . Reía al verlos llegar y su premio era un beso , ¡cómo se reía cuando la abrazaban y le decían guapa! No conocía el significado de la mentira ni el concepto de hacer daño . Cuando uno de los pequeños lloraba porque se habia dado un golpe , se apresuraba a darle un abrazo y a regañar al objeto agresor . Pasaba horas sentada en un sillón colocando cartas de una baraja sobre una mesa . Una sonrisa , un beso , un abrazo la hacían reaccionar ... era tan fácil hacerla feliz .
Nunca he conocido un afecto tan sincero y entregado . A los cincuenta años su corazón se paró , era demasiado grande , como el de todos los que sufren el síndrome de Down .
No he vuelto a ver una mirada tan sincera ni a recibir un beso como aquellos .

1 Comments:

At 2/07/2006 7:28 p. m., Blogger Julio Suárez Anturi said...

Hace varios años vivía en un apartamento cerca a un colegio para niños con Down. A veces coincidía pasar por ahí cuando los niños llegaban. Y algo me atraía a ellos. Un día lo descubrí: su figura rolliza y tierna, sonriente, muy cariñosos con las personas. Siempre que los veo nace una sonrisa de amorosa fraternidad con estas personas. Hermosa y tristona la historia.

 

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